Los convulsos años veinte. Esta sería la adaptación de los ‘felices años 20’ al siglo XXI. En tan solo dos años, una pandemia y una guerra han azotado la sociedad mundial en múltiples niveles. La construcción, lógicamente, no está exenta de las terribles consecuencias de estas problemáticas.
Es, de hecho, uno de los sectores más afectados. El confinamiento y las restricciones de la COVID-19 paralizaron la actividad de la construcción, que a lo largo de 2021 ha experimentado una recuperación progresiva y optimista. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha supuesto un golpe bastante letal, provocando una crisis energética histórica.
Para la construcción ha supuesto una herida abierta difícil de sanar, ya que ha agravado la crisis de desabastecimiento y encarecimiento de las materias primas. Centenares de obras han sido canceladas y pospuestas sin fecha.
Una de las máximas preocupaciones del sector es la falta de mano de obra y el perfil de sus trabajadores. El Informe Estado de la Mano de Obra de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) sostiene que los operadores de grúas, montacargas y de maquinaria similar de movimiento de materiales son uno de los perfiles más difíciles de contratar.
Esta anomalía, además, amenaza el uso de los fondos europeos Next Generation para la rehabilitación energética de los edificios españoles. Es por ello que la CNC solicita medidas para aumentar el atractivo del sector a mujeres y jóvenes y así “impulsar las transiciones digital y ecológica y, en definitiva, acelerar la recuperación de nuestra economía”, en palabras de Pedro Fernández-Alén, presidente de la Confederación. Un panorama bastante sombrío que también ha afectado el sector de la maquinaria.
¿Cuál es el encaje de la maquinaria para la construcción?
Como consecuencia directa, la actividad de excavadoras, cargadoras y demás máquinas de la construcción también se ha detenido. Tanto las obras de nuevos edificios como las rehabilitaciones se han producido a cuentagotas y, sobre todo, con mucha incertidumbre.
Sin embargo, este parón tiene su lado positivo: el sector de la maquinaria para la construcción ha pulsado el botón de ‘reset’ a nivel multilateral. Concretamente, guerra y pandemia han implicado un punto de inflexión a tres niveles:
1. La digitalización ya tiene un papel relevante en la construcción eficiente, el transporte, la logística y demás procesos de la obra. Las nuevas tecnologías que surgen para la maquinaria proporcionan información sobre el consumo de combustible y, por lo tanto, permiten reducir aún más las emisiones de CO2.
2. En este contexto, la sensibilidad medioambiental ha llegado para quedarse. Desde Moicano Rent fomentamos el alquiler de excavadoras y cargadoras, promoviendo la reutilización y evitando la producción y la compra de nuevas máquinas que después cogen polvo en el almacén de una constructora.
Asimismo, hemos incorporado a nuestro parque mini cargadoras y mini excavadoras con el motor de última generación Stage V, un motor de bajo consumo y régimen lento para una mayor longevidad. Siguiendo la directiva europea 97/68/CE y la norma americana EPA nr 2, minimizamos el impacto de la máquina sobre el medio ambiente. De esta manera, fomentamos la eficiencia energética de nuestras máquinas, que reducen considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero.
3. La tercera y última prioridad que se ha acentuado después de estos shocks es la seguridad y la salud del usuario. A raíz de la pandemia, especialmente, el diseño de las nuevas máquinas va orientado a maximizar la comodidad del operador. Han mejorado, de forma ostensible, el aislamiento acústico y la ventilación natural, y a su vez se están incorporando cada vez más los accionamientos pilotados para aumentar la maniobrabilidad de la máquina.
Desde Moicano Rent escuchamos atentamente el feedback de todos nuestros clientes y lo tenemos en cuenta a la hora de incorporar nuevas excavadoras y cargadoras.